El motor hacía un ruido ensordecedor, prueba de que hacía un gran esfuerzo para abrirse paso por un paisaje tan incómodo para conducir.
Vista del pueblo antes de bajar. Esperemos no quedarnos atrapados en el camino... los chicos son unos auténticos conductores y manitas porque los motores son de material reciclado de cuarta generación o quinta.... y hay que ver como se las apañan.
Tranqui.. estamos en buenas manos para el descenso.
Y de repente antes de llegar a la playa.... creo que fue captada por muchos de la tribu.
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